El juglar amontillado.

Vino tinto, Caffé express en la bahía, Mezcal para atormentar el espíritu de felicidad, Irreverentes charlas con guitarras de nota infinita, Lunas pariendo lagrimas... Señora, las Diosas no mueren: alimentan la nostalgia por lo futuro.

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Nombre: Eusebius
Ubicación: Sta. Cruz, Huatulco, Oaxaca, Mexico

Músico: Guitarrista y bajista, compositor y arreglista; eso en cuanto a lo profesional. En lo personal soy muy simple, disfruto de una buena tertulia, de un vino o mezcal, de la playa; cosas sencillas.

miércoles, enero 31, 2007

Los días de taller

I


Recital de Guitarra
Aurelio González Salinas, Eusebio Villalobos Cortés, Luís Alberto García Lavariega.
Sábado 19 de Junio, 2004. 19:30 horas. Acceso Libre

Recital De Guitarra
Eusebio Villalobos/ Guitarrista
Viernes 29 de abril. 20:00 horas. Acceso libre.

Recital de Guitarra
Luís Alberto García Lavariega/ Guitarrista
Jueves 23 de diciembre, 2004. 19:30 horas. Acceso libre.

Recital de Guitarra
Eusebio Villalobos/ Guitarrista
Jueves 30 de diciembre de 2004. 19:30 horas. Acceso libre.

Biblioteca Andrés Henestrosa.
Calle Porfirio Díaz 115, esq. Morelos, centro histórico.

II

Carteles publicitarios. Anunciaron, cada uno a su tiempo, los recitales que ofrecieron los integrantes del taller de guitarra de la biblioteca Andrés Henestrosa de la ciudad de Oaxaca. Yo fui uno de ellos. Aurelio y Luís Alberto los otros. Julio García el Director.

En aquellos días, antes de iniciar el taller, Luís, Aurelio y yo nos decíamos estudiantes de guitarra clásica de la tan polémica Escuela de Bellas Artes de Oaxaca. Solíamos entonces pasar algunas horas de clase vagando por el centro histórico; a veces en palomilla, a veces cada quien por su lado. Compartíamos libros, discos, y hallazgos en las bibliotecas. También compartíamos las tardes hablando absurdos en las tertulias. Era definitivamente mejor a entrar a clases aburridas (en nuestro particular punto de vista, claro). Preferíamos también ser parte de “la banca de los autodidactas” como llamó el profesor de Pedagogía a la palomilla que gustaba de pasar las tardes sentados en los pasillos de la escuela; ¡¡Ah!! Eran tan agradables aquellas tardes, en aquel hermoso edificio, en aquella siempre hermosa ciudad.

La tan polémica EBAO abrió un taller de jazz dirigido por el guitarrista Julio García. Ahí va toda la banca de los autodidactas al taller. Trombonistas, trompetistas, violinistas, saxofonistas, pianistas y sobre todo Guitarristas; todos con las ganas de aprender y tocar jazz. En lo particular aprendí que el jazz, más que un género musical, es una forma de vida; de ahí que sea tan difícil definirlo. Basta con revisar los registros discográficos desde sus inicios hasta lo actual para ver lo rico que es en propuestas y estilos. Es todo un universo en expansión. Ahora que lo pienso, me quedo con la definición que da un personaje en la película “La historia de 1900”: “Si no sabes cómo se llama lo que tocas: ¡Es Jazz!”. También me quedo con la idea de que la música, el arte y todo son formas de vida.

Para algunos profesores de la EBAO, el taller les pareció subversivo he hicieron la grilla para que dejara de existir. Quien sabe en donde vieron lo subversivo pero en fin. Esto dio pie a que los guitarristas, arriba mencionados, propusiéramos a Julio García continuar con el taller en algún otro lugar. Ese lugar fue la biblioteca Henestrosa de la casa de la ciudad. El taller cambió de giro y pasó a ser sólo de guitarra. Aunque la dinámica de trabajo siguió siendo la misma: un grupo de gentes que se reúnen para compartir conocimientos, investigaciones y opiniones acerca de la música, en particular la música para guitarra. Fueron unas tertulias bastante enriquecedoras, incluida la que al calor de un medio día de verano y al calor, igual, de dos botellas de mezcal, una de pechuga y otra de nanches (aun las recuerdo); planeamos la primera temporada de recitales individuales, de la que son evidencia tres de los carteles arriba expuestos. Fueron emociones fuertes el presentar al público nuestro trabajo como interpretes de música renacentista y contemporánea. Fue emocionante el caminar por aquellos días por el centro de la ciudad y encontrarnos con los carteles que anunciaban nuestras presentaciones, simplemente no lo podíamos creer: estábamos iniciando nuestra carrera de "guitarristas profesionales".

III

Hoy los días de taller han quedado atrás. Son parte ya de la memoria de sus integrantes (hablo por todos y quizás sea yo el único que los conserva en la memoria, no lo creo, pero a veces sueles pensar este tipo de cosas).

Después de tres temporada de recitales que nos costaron noches de agradables desvelos con la guitarra, días de investigar la historia del repertorio en las bibliotecas, de sábados de tertulia en el patio trasero de la casa de la ciudad. Después de tantos abrazos y felicitaciones al término de los recitales e incluso después de malas pasadas a causa de un error durante la ejecución de alguna pieza. Después de tantas emociones hoy los días de taller han quedado atrás.

Ahora queda la música como reminiscencia de aquellos días. Desde mi escondite en la selva baja caducifolia, estas líneas como remembranza.

Anotación Final:
Es también el Jazz una forma de entender la música.
Para los músicos creo que ésta definición va bien.

Eusebio Villalobos Cortés.
Poseído por lo que evoca la música.

martes, enero 30, 2007

Misiva

I
¿Puedo encontrar acaso, entre las ruinas de los días caídos, el silencio abrupto de luces etéreas, estrellas que guían la flota de mis delirios hacia el seguro puerto de tus ojos diminutos, ojos que vistieron sus miradas con las estúpidas prendas de una realidad infame, justo el día en que por fin iban a ser acariciados por la gracia sempiterna de un rocío de sueños, cortesía de mis sinrazones?

Es un sinsentido absoluto el contestar. Cuando aún hoy me embriago con los estridentes ecos que evoca tu presencia en la memoria de mis jornadas, bitácoras de travesías sin arribo que hoy se exhiben como baratija en los bazares del infortunio. Cuando aún hoy el fantasma de tu ausencia galopa triunfante por sendas escabrosas hacia el finito núcleo de mis júbilos, tan sólo para incrementar el aturdimiento de mi inexorable existencia. Pienso además que aún salvando mi ser de esta agonía implacable que padezco a causa de buscarte en la sonrisa, jamás podría identificar el instante preciso de luz que estremece los universos con su silencio desgarrador, sonido terrible este, de devastadores efectos; mas, es quien puede volver mi mirada a la sanguinaria infamia de la que quieres sea testigo. La infamia del mundo y su danza macabra en el entierro de la esperanza del hombre: La libertad.

II

Sobreponerse es ya una difícil empresa, quizá hasta un imposible. Queda, sin embargo, la música que flota en la eternidad del espacio sideral. Melodía perpetua que armoniza el Todo. Acá, en la ínsula de Ángeles condenados a una vida efímera, todavía habitan almas queriendo oírla, asirla por un instante y transcribirla; quizás motivados por el deseo de conocer la eternidad que les negaron desde el principio de las cosas.

Llegará el momento en que el destino final llame a la puerta. Abrirle, posiblemente signifique el final de esta angustia. Abrirle tal vez será iniciar un viaje al porvenir. Quizás en ese instante el estrépito del silencio nos ciegue con el destello de su luz.


Firmo y así lo dejo.
EVC. Poseído por la angustia.

P.D. “… ¿será la luz que viaja tan rápido?”