El juglar amontillado.
Vino tinto, Caffé express en la bahía, Mezcal para atormentar el espíritu de felicidad, Irreverentes charlas con guitarras de nota infinita, Lunas pariendo lagrimas... Señora, las Diosas no mueren: alimentan la nostalgia por lo futuro.
Sin máscaras "El Juglar"
Acerca de mí
- Nombre: Eusebius
- Ubicación: Sta. Cruz, Huatulco, Oaxaca, Mexico
Músico: Guitarrista y bajista, compositor y arreglista; eso en cuanto a lo profesional. En lo personal soy muy simple, disfruto de una buena tertulia, de un vino o mezcal, de la playa; cosas sencillas.
domingo, julio 06, 2014
…De pronto, entre la multitud conmocionada, surgió la voz de una poetisa
en ciernes preguntando ¿Quién va a ganar el mundial Fadanelli? Fadanelli, con
el quinto mezcal de la tarde en mano –y dicen que no hay quinto malo, entonces tampoco hay sextos o séptimos u octavos o los que vengan malos, ¡qué más da!-, en un arranque de
comentarista deportivo, diserta sobre las posibilidades que tiene la selección
de Brasil de llevarse por séptima ocasión la copa del mundo. Enajenada y colérica surge, también entre la multitud, la voz -indignada
además- de una amante de las letras y el futbol y todo lo relacionado con estas
nobles y notables actividades -incluyendo la ingesta abundante y torrencial, casi
diluvial, de alcohol hecha por quienes las practican- reclamando un poco de atención
y respeto hacia su persona y a su tiempo, puesto que no había asistido
a tan erudita plática sólo para enterarse que el erudito ponente no era un erudito o
algo que a ella así le pareciera ¿Qué es eso de que Brasil puede ganar por séptima ocasión
la copa? O ¿Qué clase de tropo usó en la vilipendiada construcción “mollejas
inflamadas”? Ante tales cuestionamientos, la poetisa en ciernes palidece del
vagido que le dio al percatarse que había metido a Fadanelli en un atolladero
verbal ¿o bocal?, más grande que el que ya tenía con los mezcales, pero haciendo
gala de su astucia verborreica -casi diarreica- el consagrado mezcalófago al
grito de “no contaban con mi estulticia” se inventa una historia en la que
Brasil gana por séptima ocasión la copa en el mundial México 2030 y, ante tal
embestida verboetílica, la poetisa recupera el color, sonríe y piensa en lo
poético del acto. Uno en la mesa de conversación ipsofácticamente deja aflojar
y fluir los esfínteres. Otro más aplaude y gustoso, presagiando el final de la
charla, bebe su apenas segundo mezcal de la tarde. Alguien más repara en el hilo de
baba que ha sostenídose de su boca durante toda la charla, se limpia y, en un
instante, como un destello, la embriagues lo invade fulminante. El público huye
despavorido a sus casas para refugiarse de las letras y los letrosos al saberse
frente a la respuesta de ¿Para qué sirve la literatura, Maestro? Chiste,
chiste... Vos sos un capo de las letras y el arte, pero déjame adivinar ¿en qué
página de tu revista pusiste la nota que te mandé? Chaosito.
lunes, marzo 10, 2014
Comienzo y final de otra verde mañana
El viento, voz azul, entona al alba
Suaves notas vestidas de ternura.
La selva virgen, diáfana -en su altura-
Acoge a la impoluta luz que lauda.
El trino de cien pájaros errantes
Despierta guayacanes, ocotillos,
Guancastles, macuiles cerca al río
Que camino del mar va serpenteante.
Un cocodrilo hambriento acecha el orbe
Reflejo del manglar en la laguna
Y un juego de mareas difumina
Las huellas que dejó sobre las dunas
El paso de tortugas al desove.
El alba, en Cacaluta, así termina.
Foto: Eugenio Villanueva Franck. |
Foto: Jesús López Aguilar. |
Foto: Eugenio Villanueva Franck. |
lunes, septiembre 09, 2013
Elogio de la mariposa
Mariposa blanca,
Pequeña,
Delicada.
En un
suspiro
Cabes y
escapas.
Mariposa,
Tu aleteo difumina
El aire verde de la aurora blanca.
El aire verde de la aurora blanca.
Oh pequeña,
Mientras te desvaneces,
Dejas un sabor
a ciruela amarga
Oculto en el
delicado
Rumor del viento.
Rumor del viento.
Mariposa
blanca,
La fuga de la mariposa Abdías García Acrílico sobre tela |
viernes, enero 18, 2013
Agua-color, erotismo y complicidad de la figura femenina
La articulación del lenguaje creativo de Abdías García
Anécdotas de un árbol |
Dentro |
Serenata |
Al observar entonces, es inevitable hallar en los cuadros de Abdías García un delicado y fino erotismo. Poético. Está también –claro- lo erótico representado de manera directa, concreta, en los linderos de lo pornográfico o lo erótico-lúdico que hay en cuadros en los que el espectador debe develar, revelar, descubrir lo que el artista pretende ocultar tras abstractos mantos estelares y puntos entrelazados por líneas que forman caprichosas figuras elipsoidales, quizás éstas, un símbolo más ligado a lo femenino.
El árbol del éxtasis |
A orillas de tu cuerpo nacen besos azules |
Eusebio Villalobos, Santa Cruz Huatulco, Oax. Julio de 2012.
viernes, enero 11, 2013
Deseo icario
Para el que se embriaga de Íkaria
Piedra sin sombra,
Venus mutilada (a más de mancillada),
Versos sin nombre,
Metal de olvido en la arena,
Canto de voces antiguas,
Piedra de sangre desprovista de alas
Bebedora del néctar amargo
Que emana del rostro
Oculto en la raíz del deseo.
Foto: Venus mancillada (e. añorve.) |
sábado, noviembre 03, 2012
Plomo verde, voz de templo, rompe gran sala regando aliento
Porque de esperarte hay odio...
Silvio Rodriíguez
Irremediables, el viento de febrero y antequera, inasibles ya. Inevitable la nostalgia por preguntas con sabor a plomo, en una voz de metal que rompe, dentro de mi cabeza, con estruendo de tormentas. Implacable el tiempo que fascina, con un juego de mareas, las seis cuerdas violentas de una guitarra cansada de esperar el beso de lumbre que aplaque la sed de infinito en sus notas al viento.
miércoles, junio 27, 2012
Disertación sobre los antagónicos II
Erotismo y muerte en el romance de la luna de Federico García Lorca.
Para Diana Sánchez García
Aurora
de sus ojos soberanos
Virgen
tan bella, que hacer podría
Tórrida
la Noruega con dos soles,
Y
blanca la Etïopia con dos manos.
Luis
de Góngora.
Cargada de sutil e ingenuo erotismo, la imagen poética que Federico García Lorca utiliza en las dos primeras estrofas del Romance de la luna, pone un delicado velo de plata a la tragedia que narra: La muerte de un niño erotizado por la luna. Ella danza con la música del viento y muestra al niño sus senos, que Lorca califica de duro estaño. Luna lúbrica -adjetiva- que provoca y despierta la libido de quien la mira pero, a la vez, una luna pura –vuelve a adjetivar planteando una antítesis- como el que la está mirando. El erotismo preludia a la muerte. Sutileza lorquiana que en ocho versos nos remite inmediatamente a nuestros primeros encuentros con el erotismo:
La luna vino a la fragua
Con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
Mueve la luna sus brazos
Enseña, lúbrica y pura,
Sus senos
de duro estaño.
Hablar de erotismo es hablar de
instintos, de sensualidad; en otras palabras: es hablar de nuestra permanencia
en la tierra, puesto que lo erótico despierta lo sexual, incita el deseo y, de
alguna manera, da significado a la vida y la provee de fuerza. Pienso: no hay
día en que estemos sin experiencias eróticas; vienen de diversas maneras, a
veces imperceptibles, a veces sutiles y hasta frágiles que pueden pasar
desapercibidas, como la que narra Lorca. Hacía falta su maestría, digno
discípulo del cisne andaluz, para capturar en versos tan frágil experiencia
erótica.
La trama en el romance sigue, ahora
entran en diálogo el niño y la luna; él le pide que huya, puesto que teme la
llegada de gitanos a la fragua y, de encontrarla con él, le den muerte.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
Harían con tu corazón
Collares y anillos blancos
Ella responde, segura de sí,
sabedora de la tragedia que se avecina:
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
Te encontrarán sobre el yunque
Con los ojillos cerrados.
Lorca
incrementa la tensión del drama con sutileza rítmica, el diálogo se reduce a
dos versos por personaje:
Huye luna, luna, luna,
Que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
Mi blancor almidonado.
El
niño muere, tiene ya los ojos cerrados; viene el desenlace de la trama y Lorca
pinta, con una metáfora cargada de sinestesia, la escena de un jinete que
galopa en su caballo rumbo a la fragua. Representa el galope del caballo con el
sonido de un tambor, tambor que es el llano o la tierra misma en que cabalga.
El jinete se acercaba
Tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
Tiene los ojos cerrados
Se acerca también el cortejo
fúnebre: los gitanos que vuelven a la fragua a altas horas de la noche:
Por el olivar venían,
Bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
Y los ojos entornados.
En el romance está presente la lírica popular
andaluza y en los versos que siguen podemos identificar claramente su influencia
en la lírica popular nuestra: “cuando el tecolote
canta, el indio muere”.
Cómo canta la zumaya
¡Ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
Con un niño de la mano.
La
escena final del romance ocurre iniciada la mañana con los funerales del niño,
quien se ha ido ya con la luna:
Dentro de la fragua lloran,
Dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
La
Luna, es mujer y heraldo de la muerte a la vez. En el diálogo, el niño teme la
muerte de la luna y la refiere con una metáfora delicada: Harían de tu corazón/ collares y anillos blancos. Muerte: final del
ciclo de la vida, representada con collares y anillos de perlas conseguidos del
corazón inerte de la luna. La muerte de la luna, sin embargo, no ocurre; quizás
por ello Lorca la representa delicadamente. En cambio la luna, refiriéndose a
la muerte del niño, es determinante: Te
encontraran sobre el yunque/ con los ojillos cerrados. Después, un gitano
confirma el deceso: Dentro de la fragua
el niño/ tiene los ojos cerrados.
Muerte y erotismo son los personajes principales
del drama. La muerte representada por la Luna-mujer y el erotismo representado
en la frágil vida del niño.
En el aire conmovido/ mueve la luna sus
brazos. ¿Cómo bailar sin música? Y qué manera de representarla: el aire
conmovido es el viento que juega a crear melodías que incitan el movimiento de
la luna. El viento es un tercer personaje. Es testigo de lo ocurrido en la
fragua y encargado de finalizar el romance: El
aire la vela, vela/ el aire la está velando.
Bronce y sueño, los gitanos. Así describe Lorca a los deudos del
drama. De morena piel, los Gitanos
que son, como dijo Lorca, Espíritu y
juego del duende del ingenio andaluz.
La
muerte, desenlace del drama de la vida, es un elemento importante en el
Romancero Gitano de Lorca.
Por el aire va la luna/ con un niño de la mano.
De
pronto recuerdo la voz de Ana Belén cantando estos versos musicalizados. La
música es casi un arrullo. Arrullo de luna que me hace pensar en la Luna-mujer
del romance como madre del niño. Estoy disertando sobre el erotismo en el
romance y esto me hace pensar en el niño como un hijo más de la estirpe de Layo
y Yocasta. La Luna-Yocasta y el gitano Layo, pero ese tema da para otra
disertación. Esta vez, erotizado por la imagen poética de Lorca, diserto sobre
los antagónicos fundamentales: Lo erótico, como significación de la vida, y la
muerte, a veces trágica, a veces injusta, pero al fin, antagónica de la vida.